El lienzo pintado por Goya, recoge una escena familiar en la que don Pedro Téllez Girón, IX duque de Osuna, amigo y mecenas de Goya, aparece junto a su esposa Josefa Alonso Pimentel y sus cuatro hijos a los que el pintor retrata con gran dulzura y cariño, fruto de la estrecha relación que tuvo con la familia.
El duque aparece de pie vestido con uniforme mientras la duquesa posa sentada y vestida a la moda francesa. La primogénita de los duques, Josefa Manuela, de la mano de su padre, ocupa el extremo derecho del cuadro y en el futuro será retratada por Goya cuando ostente el título de marquesa de Abrantes. Igual ocurrirá con su hermana Joaquina que aparece de pie junto a su madre y que posará para Goya como marquesa de Santa Cruz. A la izquierda y de pie aparece el heredero del título, Francisco de Borja, montado en un bastón a modo de caballo y sentado, Pedro, el hijo menor de los duques.
Tenían muchas posesiones, en España y fuera de ella.
En Madrid tenían varias casas palacio, entre ellas la que tienen los jardines del Capricho.
Doña Manuela Isidra Téllez-Girón y Alonso de Pimentel (1793-1838) fue la hija mayor de los duques de Osuna
Doña Joaquina Téllez-Girón y Pimentel, segunda hija de los IX Duques de Osuna.
Esta es Clara Tahoces biznieta de los duques de Osuna.
Escritora y grafopsicóloga española. Se puede buscar parecido después de varias generaciones
Palacio de las Vistillas
Una muestra más de la magnificencia de los Téllez-Girón antes de su estrepitosa quiebra: la sala donde se exponían parte de los cuadros que Goya pintó para la familia.
Palacio de las Vistillas. De esta época es la única imagen que he conseguido del interior del palacio, un grabado del guadarnés (lugar donde se guardaban los arneses, arreos, etc. de los caballos) del duque, en el que aparece también él mismo, en 1854.
En la actualidad, es donde se celebra la verbena de la virgen de la paloma.
De cómo pulirse la mayor fortuna jamás imaginada
Mariano Téllez-Girón y BeaufortSpontin, XII duque de Osuna, nacido en Madrid, tiene en su haber, con completa seguridad, un récord que no está al alcance de cualquiera: pulir en 37 años una fortuna gigantesca y dejar tras de sí una deuda que multiplicaba varias veces la herencia que recibió en la juventud. Hay que tener arte incluso a la hora de derrochar. Y Mariano Téllez-Girón (1814-1882) lo tenía. Tanto que su vida es pura leyenda. En realidad, él no estaba llamado a heredar una gran fortuna ni una acumulación obscena de títulos nobiliarios. Pero la muerte con poco tiempo de diferencia de su padre y su hermano mayor hizo que a los 30 años se encontrara con catorce grandezas de España, cuatro principados, medio centenar largo de títulos de nobleza y una renta anual fabulosa.
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