
Esta historia es verídica, yo tenía cuatro años, un día una amiguita me dijo:-“Encarni las brujas existen”, yo le contesté:-… ¡No porque si no las hubiéramos visto alguna vez! Ella siguió diciendo:- “Es que salen por la noche cuando todos dormimos, por eso nadie las ve”.
Estuve todo el día pensando, en lo que me había dicho mi amiga y lo que me gustaría ver una bruja aunque también me podía dar mucho miedo si la llegaba a ver, pero aunque fuera una sola vez la tenía que ver.
Cuando llegó la noche mi madre me dijo:-“venga a dormir que mañana hay que madrugar”. Me llevó a la cama y cerré los ojos, esperé un rato, abrí un ojo para ver si se había ido mi madre, ya estaba sola y parecía que todos se habían dormido, me levanté y me fui a la ventana,

miraba a todos lados, pero a lo mejor era pronto para que salieran las brujas, esperé y esperé…….
Me estaba entrando sueño, mañana le diría a mi amiga que me había engañado, yo estaba toda la noche mirando por la ventana y no veía a ninguna bruja.

De pronto, a lo lejos vi un punto negro, que poco a poco se iba acercando, se distinguía la silueta de lo que podía ser una bruja con su escoba, cada ver se acercaba más, a mí me latía el corazón muy deprisa parecía que se me salía del pecho. Ya podía ver su cara, su nariz grande llena de verrugas, su pelo estropajoso, su boca con dientes grandes y picados, pero lo que más miedo me daba era sus ojos grandes y enrojecidos

una mirada malvada que me estaba mirando a mí, cada vez más cerca, noté que mis piernas temblaban solas y empezó a salir pis sin yo poderlo controlar. Ya estaba tan cerca, que con su mano huesuda, con uñas como garras, la puso encima de mi hombro, yo empecé a gritar, y una voz me decía:-“Encarni no grites, estás soñando, levántate que tienes que ir al cole ¿Por qué te has dormido en el suelo al lado de la ventana? Qué bien era mi madre, me desperté en medio de un charco de pis. No sé si fue un sueño o pasó de verdad pero ya no me quedaré más, para ver si hay brujas.
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